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Definición de Yoga

¿Podemos dar una definición de yoga clara y concisa? ¿Cómo podemos definir una práctica, un sistema, una filosofía? Y no digo con frases simples del tipo, «yoga es unión» o «yoga es aceptación». Lo digo porque a menudo recibo preguntas del tipo, creo que «estoy meditando mal porque no siento nada», «quiero practicar yoga para encontrar calma y paz», «no quiero practicar yoga porque es una religión», …

Definir la práctica de Yoga

Creo que es intrínseco al ser humano definir la realidad. Nos ayuda a ordenarla. Nuestro mundo, nuestro día a día y nuestra vida está llena de definiciones y etiquetas.

  • «El mejor camino para llegar a tal sitio es éste»
  • «Tener una vida feliz implica tener hijos antes de los «x» años, viajar mucho, tener pareja, aportar algo a la sociedad…»

Lo hacemos desde hace siglos porque nos ha servido para sobrevivir.

  • «Esta baya es venenosa y esta planta es su antídoto».
  • «Hay buenos y malos», «esto es bonito y esto es…» y así nos identificamos con un grupo.
  • «El amor es … y querer a alguien significa…»

Todos tenemos definiciones prefijadas. Incluso de las cosas que creemos que no tenemos idea. Que no conozcamos nuestro subconsciente no quiere decir que no exista.


Tampoco quiere decir que tener estas definiciones nos haga más cerrados. Repito, todos las tenemos. Que las opiniones que tengamos sean consideradas por la mayoría de nuestro entorno como progresistas o conservadoras, no implica que no estemos condicionados a una manera específica de pensamiento.

La mente, biológicamente, hace esto. La mente crea caminos prefijados para aprender cualquier realidad. Es su forma de adaptarse. Es trabajo nuestro hacer un ejercicio, de vez en cuando, de cuestionar nuestros caminos, opiniones y valores.

Aprendemos algo y predecimos. Asumir que el camino que un día hizo mi mente por experiencia sigue siendo válido hoy, puede ser una limitación.

«Practicar yoga es bueno»

vinyasa te encontre

Con la práctica de yoga ha ocurrido lo mismo. Se nos vende y hemos asumido, que la práctica de yoga es algo positivo. Sin peros ni matices. La práctica de yoga es por definición algo que nos va a hacer sentir en calma, nos va a relajar, nos va a hacer más felices.

Entonces tenemos un montón de gente yendo a clase buscando una solución absolutamente abstracta a un algo que intuyen que tienen que solucionar, y tal vez ni siquiera es un problema. Un malestar generalizado.

Pretendemos que yendo a clase de yoga va a pasar algo que nos va a hacer sentir bien. Y a veces es así, incluso, a la primera. Pero muchas otras veces no, y también está bien. Tenemos que diferenciar entre la práctica tradicional y la cultura de donde viene, y la práctica occidental y los miles de profesores que estamos dando clase como consideramos mejor, según nuestra sensibilidad y nuestro conocimiento. Desde luego, las clases que yo daba hace ocho años no tienen nada que ver con las que doy hoy.

En cuanto definimos la experiencia, no solo dependerá de nuestra propia percepción si no también de la capacidad del otro de entender, descifrar y según su propio código, obtener una definición de lo que es la práctica de yoga y  sobre eso basar sus expectativas o colocar la búsqueda para encontrar lo que entiende que ha de encontrar.

Por ejemplo, si nos dicen que el yoga es para relajarse, iremos a una clase de yoga buscando relajación. Como la relajación cada uno la encuentra de formas diferentes, nuestras expectativas no coincidirán con esa instructora, ese día, esa clase, el olor del de al lado o la respiración del de más allá. La práctica de yoga, una vez más no es una experiencia específica de placer y de estar a gusto. La práctica de yoga es un camino, una práctica, una exploración.

Si queremos ser felices, si queremos paz y calma, tal vez, podemos llamar a gente con la que hace tiempo que no hablamos, pasar tiempo de calidad con alguien querido, afrontar ciertas situaciones, escuchar una historia de superación que nos inspire, decir lo que sentimos, dar un paseo por la montaña, estar en silencio, escucharnos a nosotros mismos, … Pero todo esto requiere que seamos capaces de observarnos.

La práctica de Yoga es física

Yoga con cris atreverse y crear comunidad sesiones intimas

Sí. En parte. La práctica de yoga, en esencia, es observación y conocimiento. Es un sistema que nació hace miles de años con el objetivo de llegar a conocer quienes somos. La filosofía, para mi, es intrínseca a la práctica física de yoga. Es deber del profesor introducir estas ideas de manera que el alumno entienda el trasfondo de la práctica.

Creo que el cuerpo nos da la posibilidad de explorar de manera muy clara. Si tenemos una mente preparada para ello, el cuerpo es un lugar perfecto para observar. Cada vez que estamos en una postura, podemos recordar de qué va todo esto. ¿quiénes somos en esa postura? ¿cuál es el diálogo interno que tenemos? ¿nos estamos haciendo bien?

La práctica física nos permite poner en funcionamiento una comunicación cada vez más sutil entre la mente y el cuerpo. Desde aprender a activar cierta musculatura y darnos cuenta de como relajarla hasta poder dirigir la forma en que respiramos o la energía que generamos. Si conocemos la filosofía tras la práctica podremos relacionar conceptos con aspectos que ocurren durante la práctica y tal vez, llevarlos al día a día.

Recibo muchas preguntas, casi a diario. Desde qué tipo de yoga me va a ir bien para ganar flexibilidad, qué hago si estoy pasando por el momento más difícil de mi vida, hasta qué tengo que sentir cuando medito.

Dar una respuesta siempre es más complejo. Requiere entender el objetivo y el fondo de la práctica y restaurar expectativas.

Todo es una oportunidad de observación

Definir la práctica de yoga es un trabajo complejo. Ahí están los Sutra de Patanjali. Cada sutra puede ser discutido y reflexionado durante horas. No es tarea fácil. Y posiblemente, la forma en que yo reflexionaba y entendía ciertos Sutra hace 7 años no tiene nada que ver con como los entienda hoy.

Si algo puedo resumir, que al menos ahora, me parece bien, es: La práctica de yoga tiene que ver con explorar y acercarse a uno mismo. Tomar cualquier espacio físico, emocional o mental, una postura, una discusión, una emoción, una idea, como un lugar donde explorar quienes somos. Cómo nos hablamos, qué nos decimos, cómo reaccionamos y las opciones que tenemos. Qué sentimos y cómo expresarlo. Hacerlo de modo que podamos verlo como si lo estuviéramos viendo en una pantalla. Y el camino no cesa nunca. Y cuando dudemos, volver a los básicos. Volver a los yamas y niyamas y seguir andando.

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