Establecer la practica de yoga II
Estos puntos son, para mi, aspectos fundamentales que pueden ayudarnos a romper las barreras que nos creamos a menudo a la hora de practicar yoga en casa. Hay una diferencia abismal entre practicar en grupo a practicar en casa y mientras ambas posibilidades nos brindan grandes beneficios, la segunda se nos puede hacer muy cuesta arriba.
Éstas son, junto con las de la entrada anterior, cosas que a mi me han servido personalmente a encontrar muchísima calma y estabilidad en mi práctica. A veces no es fácil, pero la recompensa es muy grande y solo la obtenemos si nos atrevemos a adentrarnos en estos espacios íntimos.
La flexibilidad empieza en la mente
¿Qué es el yoga sino flexibilidad? Obviamente practicar en casa a veces es incómodo, parece que siempre nos damos con algo, que no tenemos suficiente espacio o un lugar que nos motive. Sin embargo, todo a nuestro alrededor puede servir para la práctica. Yo he pasado muchos años practicando entre la cama y la mesa de estudio y todos los elementos me han servido para ganar más control. Puedes ver algo aquí.
Sigue leyendo la entrada o escúchala contada por mi, aquí.
Ten un objetivo de antemano
Algo que me ayuda personalmente es saber lo que voy a practicar de antemano. A veces lo hago escogiendo una temática específica como por ejemplo: una parte del cuerpo, ciertas posturas que quiero trabajar o algo que creo que necesito practicar. Recuerda que la práctica es un constante auto-estudio así que si nos prestamos atención siempre tenemos información con la que trabajar. En la entrada anterior te hablaba de cómo ponerte bajo el propio microscopio para saber qué es lo que tú necesitas. Ésta es sin duda la meta última.
Te puede ser muy útil dedicarte cinco minutos hoy a escoger la clase online que practicarás mañana. Saber lo que vamos a practicar nos permite ahorrar tiempo a la hora de ponernos sobre la esterilla. Además, nos ponemos en situación desde el momento en que escogemos la práctica, es decir, si escogemos una clase de arqueos de espalda es muy probable que durante el día observemos esa zona y nuestra postura. Esto tiene un gran beneficio colateral: estaremos prestándonos más atención, creando mayor consciencia y ayudándonos a establecer mejor postura.
Comprométete
Para establecer cualquier hábito es necesario que rompamos viejos esquemas y creemos nuevos. La única forma de crear nuevas formas para nosotros mismos es comprometerse con el sueño, y cuando la motivación desaparezca, aún así, seguir mostrándonos. La otra historia ya la conocemos. Si queremos crear algo nuevo, tendremos que trabajar en ello.
Olvídate de si sale bien o mal. De si la práctica cumple con tus expectativas o tus ideales. La práctica es justamente eso, práctica. No es una experiencia específica; ni buena ni mala. La práctica es práctica. Establece unos tiempos y no los rompas. Observa cuando las excusas emerjan, los diferentes planes, el es que «hoy hace sol» o el «estoy cansado» o el «me ha salido otra cosa». No es que no tengamos tiempo, tiempo hay mucho. Lo que hay son diferentes prioridades. Establece tu cuidado, tu espacio para ti, tu escucha y la inversión en ti como centro de tus prioridades. Redefine lo que es la práctica, no lo hagas un lugar pesado. Entiende la práctica como un lugar de exploración, de conexión, de intimidad, de mimo y de conocimiento.
Establece dos o tres momentos a la semana para ello. Algo que sea realista para ti. Póntelo fácil y hazlo. 20 minutos, 45 minutos, una hora y media, tú escoges. Comprométete a hacerlo durante un mes entero seguido y antes de darte cuenta habrás creado un hábito en el que te sentirás mucho más cómodo. No te des por vencida.
Grábate
Cuando practicamos en casa es común que nos sea difícil saber qué estamos haciendo. Grabarse en las prácticas, durante ciertos flujos o posturas nos puede dar la mirada que necesitamos. Recuerda que todo esto va, en realidad, de auto estudiarse, conocerse, ser honesto y aprender de uno mismo.
Puede ser una gran herramienta para observar tu progreso, o darte cuenta de hábitos aprendidos. Mientras nos miramos podemos ver si hay partes del cuerpo que nunca se mueven, si hay diferencias entre un costado u otro etc.
Sé curioso contigo mismo. Creo que la curiosidad es un aspecto importante que nos lleva a querer investigar y conocer más. Aprovecha la oportunidad.
Ten paciencia
Deja que las cosas ocurran a su tiempo. El objetivo de la práctica no es que nos salgan ciertas posturas. No tiene que ver con los resultados o las metas. El objetivo de la práctica de yoga es intrínseco a la práctica. Tener un objetivo que practicar nos puede ayudar mucho. Si nos hemos estado observando a diario ya sabemos lo que necesitamos mover. Podemos prepararlo el día anterior, haciendo una lista de cosas que queremos practicar al día siguiente y por cuanto tiempo. Saber si queremos trabajar un aspecto u otro nos ayudará a tener que pensar menos y actuar más.
No te frustes. Pase lo que pase, recuerda que al cuerpo y a la mente les toma tiempo adaptarse a estos cambios. Pase lo que pase, sigue poniéndote sobre la esterilla. Tal y como estés. Habrá días que la práctica será más tranquila. Tal vez incluso sea simplemente sentarte y sentirse. Otros días será más organizado. Sé bondadoso contigo mismo. No te machaques, pero tampoco te estanques o frenes tus posibilidades.
Inténtalo. ¿Qué puede pasar? como poco, que te descubras. No te robes esa oportunidad.