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Sobre el camino individual del Yoga.

El otro día leía un artículo que hablaba de lo que ocurre en las clases de Yoga y decía algo así como que en cuanto se cierra la puerta del estudio o del aula y el profesor empieza a guiar la clase, el alumno se enfrenta a diferentes situaciones, a un viaje único y propio que le hace crecer, conocerse y entender.

Nosotros en Verano practicamos sin paredes, sin puertas. Nuestro aula se abre y nuestra práctica es visible a todo el que quiera ver. Nuestra sala de Yoga se «reduce» al espacio que queda delimitado por nuestra piel. Y estamos a la vez con todos y a solas con nosotros. A la vez con los almendros, con los niños que corren, con los que hacen flexiones, con los que miran y sonríen, con los compañeros que practican en la esterilla de al lado y con nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra historia y nuestro propio camino.

Así que de alguna manera nos convertimos en nuestra propia sala de práctica. Y cada uno trabaja lo que quiere trabajar.

Como profesora, tengo la oportunidad de veros en vuestra práctica, en vuestros retos, os veo crecer y evolucionar y al finalizar las clases tengo la suerte de estar cerca de vosotros y que seáis tan generosos como para hacerme partícipe de vuestras experiencias.

Algunos lleváis casi un año asistiendo a mis clases, otros casi un mes. Recuerdo cuando Javi, Carlos e Isaac, todos grandes deportistas, corredores y hombres en forma, me mirabais y atendíais mis indicaciones para entrar en la postura del Pájaro del Paraíso: Primero; ojos como platos, segundo; sonrisas y por último, lo intentabais. Daba igual si salía o no, había que probarlo.

Recuerdo cuando Eloísa justo al terminar la clase en la que había conseguido llegar a cogerse los pies en Paschimottanasana me lo contaba feliz.

Recuerdo cuando Marta, Ambra y Luis consiguieron por primera vez subir ambos pies en Bakasana, incluso alguno se atrevía a poner la cabeza en el suelo e invertir la postura. Sonrío cuando Marta me dijo que ya conseguía estar tan a gusto en Perro Boca Abajo que sentía descansar y estirar.

Por todos estos momentos que me habéis dejado compartir con vosotros solo siento agradecimiento. Y la siguiente reflexión.

La práctica física de las posturas de Yoga tiene sin duda muchos beneficios, pero lo mejor es que tiene la habilidad de entrenar la mente para seguir avanzando a medida que también lo hace el cuerpo de manera más visible. Que lleguemos a una o otra postura, o que los demás sí lo hagan pero nosotros lo veamos lejos aún, se traduce en que cada uno tiene su propio camino y que sin duda, a nuestro ritmo, llegaremos a donde nos propongamos. Que seamos conscientes de lo que nosotros necesitamos y de lo que nosotros queremos conseguir sin querer andar el camino de otros es esencial y quiere decir que conocemos nuestras habilidades en el presente sin menospreciarlas. Porque sabemos que siendo pacientes y aceptándonos tal y como somos hoy, aquello que una vez creímos que sería imposible, hoy está cada vez más cerca.

Ayer no pude tomar una foto cuando todos os levantasteis en Pájaro del Paraíso con una sonrisa en la cara como si fuera algo mágico, pero sí pude registrar un momento en el que todos demostrabais vuestra elección, vuestro propio camino, vuestra propia práctica.

Agradezco cada día poder formar una pequeña parte de vuestro camino y que sigamos creciendo juntos.

Gracias a cada uno de vosotros.

Cris.

5 comentarios en “Sobre el camino individual del Yoga.”

  1. No había leído esta entrada hasta hoy… Gracias a tí Cris por acompañarme en este camino, en este proceso de transformación que nos abre a todos el yoga. Es un lujo tenerte de profe. Acabo de salir de tu clase lleno de energía.
    Namasté compañera!

  2. Gracias a ti por animarnos a ir un poco mas allá cada día y por ser un ejemplo de que es posible transmitir energía y paz a la vez 🙂

  3. ELOISA ( la que ya se coge los pies)

    Y no dudes que ese proceso de crecimiento individual y colectivo no sería posible sin la energía que tu desprendes y transmites.

    Lo dicho, un placer tenerte de maestra.

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