Descripción:
Tras un día largo en la roca, esta práctica nos devuelve neutralidad y restaura los tejidos que más tensión acumulan al estar en la pared.
Tanto si escalamos como si no, esta práctica puede darnos calma y espacio en tejidos que normalmente se sienten tensos en nuestro día.
Empezamos poniendo el foco en manos, antebrazos y cuello. A través de movimientos suaves le damos mimo a todo el cuerpo dándole lo que necesita tras el esfuerzo que hecho durante el día.
Una práctica reparadora con movimientos que nutren. No solo nos permitirá mejor descanso si no establecer e incorporar movilidades que nos sirvan y ayuden la próxima vez que estemos en la roca.
Foco: escalada, brazos, cuello, espalda, suaves torsiones.
Necesitas: Un espacio en la pared. Dos bloques (opcional).
Duración: 40 min