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Cómo establecer la práctica de Yoga I

Vinyasa. Llamada suavidadEstablecer la práctica de yoga puede ser mucho más sencillo de lo que nos pensamos pero con tanta información ahí fuera, es fácil confundirse.

Cada cuerpo es diferente. No solo a nivel estructural. Cada cuerpo tiene una historia, unos patrones, ciertos hábitos aprendidos como defensa o forma de hacer frente a la historia que hemos vivido. Eso significa que no todos nos movemos igual, ni respiramos igual, ni sentimos igual. Podemos estar en una misma asana, una misma forma, pero en realidad, no estamos haciendo lo mismo. Un mismo escenario no significa lo mismo para todos. Continúa leyendo o escucha la entrada contada por mi.

Es importante que sepamos esto para que estudiemos nuestro cuerpo y nuestra mente con exhaustivo cuidado y atención haciéndonos dueñas de nuestro propio terreno.

Mi idea al dar clase es, constantemente, hacerte llegar a ti, darte herramientas que te sirvan a ti. Que consigamos hacer ciertas posturas no quiere decir, ni mucho menos, que estemos en yoga. Pero que conozcamos nuestro cuerpo, nuestros puntos débiles, nuestras formas de compensar o el papel que juega nuestra mente entre otros tantos aspectos, sí.

La práctica física de yoga puede ser reveladora o mantenernos en la sombra. Adentrarnos en nosotros mismos requiere ganas, inquietud, compromiso y valentía.

Todo este auto estudio necesita tiempo y principalmente, que nos pongamos sobre la esterilla. Pero, ¿cómo lo hacemos si a veces parece que la vida se nos come?

Define tu objetivo

Cada uno tiene sus propias formas de moverse, de comer, hábitos adquiridos y horarios de trabajo. Todo influye ypracticar en casa yoga con cris todo suma. Las diferencias personales son grandes y más allá de que las posturas de yoga puedan servirnos mucho, es necesario que nos conozcamos a nosotros mismos para escoger la forma de practicar que nos hace bien.

Definir nuestro objetivo al practicar puede facilitarnos la tarea. Para eso, toma papel y lápiz y ponte bajo el microscopio. Entender cómo es tu día a día, cuántas horas pasas sentado o qué movimientos repites más a menudo te puede dar información para establecer una práctica que compense lo que haces a diario.

¿Qué partes de tu cuerpo asumen tensión y necesitan relajarse? ¿qué partes del cuerpo están rígidas y comprimidas y necesitan más movimiento? ¿qué nivel de energía manejas? Si estamos agotados o llenos de energía, si estamos nerviosos o tristes, la forma en que nos moveremos y respiraremos va a ser diferente, y los efectos de la práctica variarán. Tener todos estos detalles en cuenta nos abrirán la mirada.

Si bien el cuerpo se beneficia del movimiento, hay mil y una forma de moverse. Unas más eficientes que otras, unas más saludables que otras. Ponte bajo tu propias manos y observa tu día a día como si rellenaras un diario para ver los cambios por los que pasas y los efectos de tu práctica. Establece tu objetivo y ve dejando que tome forma en ti.

Entiende lo que la práctica requiere

La práctica de yoga debe hacernos sentir en calma. Relajados pero no agotados, nos debe aportar una energía equilibrada y sensación de facilidad e integridad en nuestro movimiento. Es muy común en nuestra sociedad que a la hora de practicar yoga sobrestresemos los tejidos y el sistema nervioso, hiperventilemos, debilitemos algunas fibras y sigamos creando la misma tensión incluso años después de una práctica diaria. Puedes leer aquí algo sobre los efectos de la respiración sobre el sistema emocional por poner un ejemplo.

Uno de los objetivos de la práctica física de yoga es que ganemos fuerza y flexibilidad a partes iguales con la intención de tener un cuerpo y una mente saludables. Que volvamos a habitar en un cuerpo espacioso y facilitador. Es una herramienta para poder tener una mente con acceso fácil a la concentración y la meditación. A veces priorizamos ser capaces de hacer una postura avanzada en vez de generar salud que se sostenga en el tiempo. Cuando practiques, observa si los resultados te permiten motivarte y volver a practicar al día siguiente en vez de agotarte y tensarte más. Aprende a escucharte, observarte y aprenderás a hacerte bien.

No lo pienses más. Hazlo.

Una de las grandes dificultades para establecer la práctica de yoga en casa es el compromiso. Llegamos cansados, product 20 min al diasalen otros planes, hay más gente en casa o simplemente nos ponemos mil y una excusas por delante que hacen que al final se nos haga tarde.

La solución a todo esto es muy sencilla. No lo pienses más. Simplemente, hazlo. Deja de pensar y pon la esterilla, siéntate y respira. Deja de pensar y empieza a moverte. Lo que nos separa de establecer el hábito es muy a menudo, la acción. No tiene que ser mucho tiempo ni de un modo específico. Sobre todo al principio. En mi experiencia, el simple hecho de tumbarse sobre la esterilla unos segundo y escucharse, lo cambia todo.

Pon tu clase y ya está. Es así de fácil. No te distraigas tanto. Empezarás a encontrarte mejor. Estar más a gusto hará que te vuelvas a motivar. Un movimiento te llevará a otro y al menos, estarás creando el espacio para escucharte y sentirte. Y eso, sienta muy bien. No nos alejamos de lo que nos sienta bien. Date prioridad.

Diviértete.

No practiques de manera que esto te genere frustración o violencia. En cambio, busca formas de hacerte bien, relájate. Imagina que lo que haces al practicar es darte el mejor masaje que has recibido nunca. No decimos que no al placer. ¡Utilízalo!

Atrévete a probar cosas nuevas, movimientos diferentes, ritmos diferentes y posturas diferentes. El cuerpo se beneficia de lo extraño y si sabes que te estás haciendo bien y hay diversión, es mucho más sencillo que quieras volver a practicar a menudo. Benefíciate de la alegría, de las ganas, de la sonrisa. Hazte tu mejor amiga y date lo mejor de ti. Los beneficios llegarán rápido de mil formas y colores a cada aspecto de tu vida. No te robes esta oportunidad.

Abre la mirada a todas las posibilidades que tienes. La semana que viene os doy más detalles e ideas que a mi me han servido mucho. Por ahora, pon la esterilla y ¡disfruta!

 

 

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